jueves, 17 de junio de 2010

Tiempo

Ultimamente me estoy dando cuenta de que quien más nos roba en esta vida no es ninguna persona, nada material, sino el tiempo. Es muy peculiar, porque el tiempo en realidad no es nada, no se puede medir con nada excepto con las personas y únicamente con el envejecimiento de éstas; y eso ocurre cuando te dicen: en aquellos tiempos... Entonces es cuando podemos percatarnos de que el tiempo ha pasado por poder referirse al pasado y nada más. Y es únicamente cuando el tiempo es verdadero, cuando se le da valor -o no- a aquello que se ha echo o dejado de hacer y queda en un recuerdo inmaterial que almacena nuestro cerebro. El tiempo pasa y deja, así continuamente hasta que muramos, entonces el tiempo ya no existe. Lo que más fastidia del tiempo es que a parte de pasar, cuando más rápido pasa es cuando lo estás pasando bien, cuando más te entretienes y disfrutas del momento, y al revés. Y lo peor es que es inevitable, no se puede recriminar ese rápido o lento paso a nada ni a nadie, porque nadie inventó el tiempo (y quiero pensar que no). Entonces la vida es demasiado corta para aquellos que la disfrutan y saben sacarle partido, saboreando los buenos momentos y larga para aquellos que la desechan, incordiando a los que disfrutan o perdiendo la vida, no el tiempo. Porque el tiempo es vida. Así que por favor saboreen, palabra de vida.

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