lunes, 18 de julio de 2011

De millones de combinaciones


La postura no me favorece para escribir, así que me reincorporo, busco la comodidad de mis brazos y que mis manos se puedan posar para escribir de manera ágil.
Siempre después me pregunto: Por qué nunca sabremos el momento en que nos inspiramos? Yo, al menos nunca lo sé. Tanto se me puede ocurrir hablando con unos amigos, en el coche mientras conduzco, tanto da. El hecho es que siempre que me inspiro las manos fluyen como nunca, como si fuera un títere con cuerda, cuerda que da mi mente; una mente que procesa también más rápido de lo normal. Una mente que está dispuesta a escribir y sorprenderme. Porque yo, también me sorprendo cuando escribo. No se porque estoy escribiendo ahora mismo, pero la inspiración ha venido. La inspiración que viene de un lugar recóndito, que parece que venga de otro mundo, del mundo donde las palabras son el todo y que no hay espacio para más. Pues la inspiración es otro estado, un estado similar al trance, dónde uno no controla lo que hace; su cuerpo va por libre. Los artistas decían que eran las musas, diferentes según el arte que practicaras, que te daban esos momentos de inspiración en que les abres las puertas de tu mente para que se sientan libres y ayudarte a desinhibirte. No he creído nunca que uno pueda crear el momento en que aparece la inspiración, es más creo que primero has de tener ese don de practicar bien un arte para que luego aparezca la inspiración. De manera que hay un proceso sucesivo, en que un día sin venir a cuento de nada te pones a practicar lo que sea y ves que te gusta, no sabes porque lo haces pero te gusta. Entonces a medida que aparece más la inspiración en lugares inesperados hacen que el momento sea mágico, todo hace que sea una grata sorpresa de esas hijas de Zeus. La inspiración debe ser como un puzzle que está en tu mente, en constante movimiento, de millones de combinaciones pero piezas muy muy pequeñas. De repente todo el puzzle encaja, no hay más. El momento ha llegado y es entonces cuando te das cuenta, empieza el estado de trance y de tus dedos van saliendo las piezas del puzzle, hasta que descompones el puzzle por completo y acabas el trabajo. Acaba de salir mi última pieza del puzzle.

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